martes, 5 de diciembre de 2006

EVALUACION Y PROMOCION DE LOS NIÑOS AUTISTAS EN LA ESCUELA.

Al enfrentarnos al momento de evaluar a un niño autista podemos encontrarnos con diversas reacciones en el alumno, dependiendo de sus características. Algunos no tendrán mayor dificultad en contestar evaluaciones formales y otros presentaran rechazo a escribir la prueba, por lo que se puede utilizar la prueba oral, sin embargo en ambos casos hay cuatro principios básicos que pueden ayudar a facilitar este proceso:

Adaptar los tiempos: En este caso se recomienda no aplicar toda la prueba de una vez; es posible que el alumno sea capaz de contestar toda la evaluación sin ninguna adaptación, solo que en dos o tres sesiones cortas.

Adaptar la cantidad: Se refiere a la cantidad de ejercicios o ítems que incluya la prueba. Por ejemplo, en matemáticas, si para el curso son 10 ejercicios de suma y resta, a el solo pedirle 5 de cada uno. Igualmente en Lenguaje, si hay que definir conceptos, bajar la cantidad, pero sin bajar la exigencia.

Adaptar la exigencia: Un ejemplo también en el área de las matemáticas, seria disminuir el ámbito numérico en que trabaja el alumno autista, con relación al nivel del curso, es decir, si están evaluando ejercicios en el ámbito del 0 al 9.999 (3º básico), pedirle ejercicios en el ámbito del 0 al 999. En este caso se debe considerar que se estaría haciendo una adaptación de los objetivos pedidos en la prueba, por lo que estos deben ser concordantes con los contenidos trabajados, ya que estaríamos hablando de una adaptación significativa del currículo.

Adaptar el apoyo y el momento:
si bien para otras discapacidades se recomienda realizar la evaluación junto con su grupo curso, en el caso de un niño autista, esto puede variar, ya que suele necesitar mas apoyo o asistencia durante la prueba y el dárselo dentro de la sala (ya sea por el mismo profesor o por un profesor de apoyo) puede causar distracción para el resto de los alumnos. Se sugiere entonces iniciar las evaluaciones con su grupo curso, pero terminarla luego en la sala de recursos, para poder medir y apoyar mejor sus respuestas.

Es importante recordar que dentro de las dificultades de comunicación del niño autista se encuentra la dificultad para entender la relación causa – efecto, lo cual es habitualmente ítem de evaluación en una prueba, en diversos subsectores. Es probable que por su desarrollada capacidad de memoria el alumno no tenga dificultad para contestar todas las preguntas de una prueba, pero es necesario comprobar que entiende esta relación más allá de la respuesta. Por esta razón es de gran importancia realizar evaluaciones de proceso también con estos niños.
También hay que considerar que los alumnos autistas suelen tener conciencia del fracaso, en algunos casos si no logran una buena nota (7,0) o se dan cuenta que no están respondiendo a las exigencias escolares, suelen explotar en llanto y desesperación. Es muy importante conversar con los padres sobre cuales son los objetivos de evaluar, y acordar cuales serán los criterios de exigencia y mensajes verbales entregados al niño, para que exista consistencia entre la escuela y el hogar.
Otra consideración importante es haber ejercitado previamente el tipo de ítem que se usara en la evaluación escrita, ya que esto le permite trabajar en forma más independiente. Las instrucciones deben ser cortas, claras y ojala deben incluir respuestas no verbales como: señalar, marcar, unir, encerrar.
En la evaluación inicial o diagnostica es importante recoger información, sobre los siguientes aspectos que servirán de sustento a la construcción del Plan de Apoyo Individual y de las adaptaciones curriculares:

Ø Aspectos sensoriales, en especial la hipersensibilidad a ruidos, olores y texturas.

Ø Procesos cognitivos: como aprende mejor, que ritmo de aprendizaje tiene según los subsectores del plan de estudio, tiempo de atención, que cosas lo motivan, etc.

Ø Formas y modalidades de comunicación que predominan en el niño.

Ø Grado de autonomía en la escuela, en el hogar y en la sociedad en general.

Ø Competencias en lectoescritura y matemáticas.

Ø Trayectoria escolar y apoyos terapéuticos o farmacológicos que ha tenido.

Para determinar la promoción de curso de un niño autista se deben considerar algunos criterios básicos, tales como el programa de curso y las adaptaciones curriculares realizadas, para lograr que acceda al mayor número de aprendizajes que su nivel de comprensión y abstracción le permitan.

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